El Manchester United continúa enganchado en la lucha por la Premier
League a pesar de haber empatado en Stamford Bridge, ante un
Chelsea que dejó escapar una ventaja de 3 goles. Los de Ferguson
se pusieron el mono de trabajo en la segunda mitad para empatar
un encuentro que tenían perdido. Rooney, con dos goles de penalti,
y Chicharito, obraron el milagro. De Gea salvó a los suyos con dos
memorables paradas en los últimos minutos.
Como si de una película lenta se tratara, la primera mitad no gozó
del argumento que se le presumía. Chelsea y Manchester United
salieron al terreno de juego de Stamford Bridge con demasiado
respeto y apenas lograron crear peligro a su rival. Tan sólo algún
disparo lejano y alguna jugada aislada, como la de Sturridge, que
propició el gol de Evans en propia puerta, inquietaron a los porteros
que fueron meros espectadores.
El partido desmereció en este primer tiempo los objetivos que tenían
ambos equipos: uno luchaba por la Premier ni más ni menos; el otro
no salir de Europa. El gol del Chelsea no hizo si no más que acrecentar
la apatía de los dos conjuntos.
Tan sólo la pésima actuación del árbitro Howard Webb dio algo de
picante a esta primera mitad. Es un colegiado sobrevalorado por los
colegas ingleses a los que, a pesar de todo, hay que reconocer su
buen estar ante los errores arbitrales.
El Chelsea necesita más de Juan Mata, es el único que marca la
diferencia en este equipo
Sin embargo, la película de este partido fue tomando un matiz
'hitchcockiano' en la segunda mitad. Nada más comenzar el segundo
asalto, un gran centro de Torres fue empalado de manera
espectacular por Mata. La 'spanish connection' del conjunto londinense
daba sus frutos.
Sabedores del mal momento goleador de Torres, todos los jugadores
del Chelsea fueron a celebrar el segundo tanto de su equipo con
'El Niño', a pesar del remate espectacular de Juan Mata. El
delantero no está cuajando malos partidos con su equipo, pero no
está teniendo suerte en relación con el gol.
Sin apenas tiempo de reacción, David Luiz conectó un remate de
cabeza tras una falta sacada de nuevo por Mata, que se introdujo
en la portería defendida por De Gea. Villas-Boas respiraba tranquilo,
sabedor de que los tres puntos no se le podían escapar, y Ferguson
no se lo terminaba de creer.
El árbitro Howard Webb fue un inesperado actor secundario. Su pésima
actuación se cerró con dos penaltis más que dudosos a favor del United
Fue entonces cuando el guión de este partido dio un giro inesperado.
El actor secundario Howard Webb pitó dos penaltis a favor del United
. El primero sobre Evra fue dudoso; el segundo no: Welbeck
engaña al árbitro ante la entrada invisible de Ivanovic. Wayne Rooney
no falló. Quedaban 20 minutos.
El partido se rompió y el centro del campo desapareció. Ni la entrada
de Oriol Romeu en la segunda mitad dio esa consistencia que
exigía Villas-Boas a su equipo. Como si del Titanic se tratara, el barco
se hundía. Ni Torres primero, ni Essien más tarde, pudieron ser el
salvavidas de su equipo al fallar las ocasiones que dispusieron.
Fue entonces el momento de Chicharito que no desaprovechó la suya.
Cabeceó un centro perfecto desde la izquierda de Ryan Giggs para
culminar la remontada. El United había resucitado y se había enganchado
a la liga.
Nadie se levantó de su asiento, sólo aquellos que no aguantaron la
tensión. El final de la película terminó sin ningún herido y con todos
contentos. La banda sonora, los aplausos de aficionados y jugadores,
cerraron un magnífico partido al que le sobró la primera mitad. Sin
embargo, la segunda dejó una oda al fútbol de ataque, de nervios y
de emoción hasta el final.
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